La elegancia relajada de las localidades costeras, la comodidad de ambientes que invitan a la tranquilidad, la sensación constante de estar de vacaciones: este es el efecto que se siente al vivir en una casa de tipo mediterráneo, un estilo inconfundible y atemporal que tiene orígenes muy antiguos, influenciado durante siglos por las tradiciones de los países que se asoman al Mare Nostrum, desde España a Italia, pasando por Grecia y Marruecos, y que goza de una mezcla de texturas, colores y decoraciones que recuerdan al verano. Se trata de un diseño sofisticado que recuerda a una forma de vivir lujosamente sobria y sosegada, fruto de un vínculo sólido con la naturaleza, y que rechaza ostentación y floritura superfluos.
Un equilibrio perfecto entre estética y funcionalidad, capaz de plasmar oasis de paz increíbles de ver y agradables de vivir.
Los elementos que contribuyen a definir este estilo son principalmente los colores: una paleta de tonos neutros, como el blanco, el arena y el gris claro, crea la base sobre la que se insertan y se alternan los tonos marinos por excelencia, como el azul profundo del océano, el verde agua, el turquesa del mar, el azul del cielo. Las texturas juegan también un papel fundamental: acabados sofisticados que proponen materiales naturales como la madera y la piedra son ideales para crear ambientes que reflejan la belleza de la naturaleza circunstante y, junto a los detalles arquitectónicos, elevan la experiencia del diseño. De hecho, los espacios están delimitados por líneas sencillas y puras, a menudo minimalistas, pero bien definidas, y están connotados por grandes ventanas que convierten a la luz natural en protagonista y enmarcan el paisaje costero, permitiendo una integración fluida entre exterior e interior, llevando a casa la belleza que le rodea. Para convertir esta estética en algo cada vez más actual y auténtico, en los últimos años se asiste también a un énfasis creciente sobre la personalización y la innovación.
Las superficies en gres porcelánico de Cotto d’Este ofrecen a los diseñadores y a los arquitectos la posibilidad de crear una atmósfera que se inspira en un paisaje costero con soluciones de valor versátiles e innovadoras. De hecho, la experiencia de más de 30 años ha permitido realizar colecciones de altísima calidad y originalidad, así como de excelencia estética y técnica, con niveles de belleza y fineza absoluta de los detalles. Las superficies de Cotto d’Este se pueden utilizar para pavimentos, revestimientos de paredes, superficies de trabajo e incluso muebles, contribuyendo a crear un look sofisticado y personalizado. En particular, las placas ultrafinas Kerlite (3,5 y 6,5 mm), ligeras y resistentes, son ideales para los revestimientos de los espacios interiores y para jugar a crear efectos de continuidad estética con el paisaje exterior a través de la reproducción de elementos naturales en efectos, texturas y decoraciones especiales.