En el imaginario colectivo, una residencia de montaña se identifica con atmósferas en las cuales, tradicionalmente, la fuerte presencia de materiales naturales caracteriza los diversos ambientes, tanto en la decoración como en los acabados.
El proyecto, con tres plantas, desván y sótano y realizado por el arquitecto milanés Simone Del Portico y su equipo, cumple con las expectativas. El objetivo del proyecto era conseguir extender las características típicas de los materiales naturales también a elementos neutros o conceptualmente distantes en un sofisticado equilibrio de conjunto.
Y la cerámica se sitúa, en esta visión de conjunto, como un elemento capaz de actuar como puente de unión con respecto a una idea de proyecto que se beneficia de la ductilidad, de las características técnicas y de la estética de las superficies de Cotto d’Este.
«La capacidad de la cerámica de reinterpretar elementos naturales de forma sustancialmente veraz —explica Del Portico— nos ha permitido elaborar un recorrido de estudio sensorial totalmente subjetivo, capaz de otorgarle al estilo de residir un carácter "emocional"». «Las superficies de Cotto d’Este —continúa explicando Del Portico— contribuyen de forma determinante a crear una estética integrada que satisface también las necesidades más estrictamente técnicas dictadas por el hecho de que nos encontramos en el interior de una estructura hotelera, añadiendo, así, un valor adicional al estilo del proyecto».