El proyecto nace de una idea de la familia Barilla, acogida por el servicio de hospitales de Parma que, posteriormente, ha implicado a la Fundación Cariparma y a la empresa Pizzarotti; la estructura ha representado un auténtico desafío para Cotto d’Este, desde hace tiempo consagrado a la humanización de la arquitectura a través de sus superficies cerámicas.
«La concienciación con respecto a la calidad ambiental del lugar, del espacio, es un factor importante en el recorrido hacia la curación y ha sido la línea que ha guiado a los proyectistas: hay —explica el Arquitecto Sergio Beccarelli de Policreo— muchos pequeños detalles que concurren a hacer más humana y habitable esta estructura, a hacerla más adecuada para el cuidado de los niños», los colores, por ejemplo, elegidos por el equipo interdisciplinar y todos los materiales, entre los cuales se encuentran la superficies cerámicas de Cotto d’Este.
Photo credits: Paolo Lorenzi
«El gres porcelánico de grosor aumentado de 14 mm se ha empleado —explica Beccarelli— en el ámbito de las zonas con más intensidad de uso, hemos trabajado en todos los servicios higiénicos con KERLITE, prefiriéndolo a otras soluciones de revestimiento, ya que es más resiliente y nos ha permitido evitar las juntas obteniendo la máxima eficiencia desde el punto de vista higiénico-sanitario. La versatilidad de los materiales de Cotto d’Este —continúa el proyectista— ha garantizado oportunidades adicionales: en el trayecto colgante que caracteriza los niveles de conexión entre el área de acceso al público y los departamentos propiamente clínicos, el material porcelánico cerámico ultrafino Kerlite, gracias a su ligereza, flexibilidad y grandes formatos, ha representado el acabado perfecto combinándolo, además, con el gres porcelánico de grosor aumentado de 14 mm».