A las afueras de Vitoria-Gasteiz, capital de la comunidad autónoma del País Vasco español y de la región de Álava, en un pueblo de origen rural y aún hoy circundado de campos, se encuentra una casa de dos plantas totalmente blanca, excepto el techo, que presenta tejas rojas. La construcción, un poco aislada respecto a las demás casas del pueblo, se convierte en pura luz cuando el sol se asoma tras las imponentes nubes que arrastra el océano.
Photo credits: Luciano Busani
El color de la decoración externa no se debe a la pintura de las superficies sino al revestimiento de Kerlite SNOW encolado a la fachada. Se han seccionado placas enteras de Kerlite 300 × 100 cm en franjas horizontales de tres alturas que, en cada una de las fachadas, se combinan de forma diversa creando un agradable efecto de movimiento particularmente evidente en correspondencia con las esquinas. También los huecos de las aberturas han sido revestidos con piezas cortadas a medida.
Para revestir una parte del zócalo del edificio se han utilizado recortes de Kerlite, triturados toscamente, para dar vida a una decoración en mosaico de aire agradablemente desenfadado.